Pánico y Agorafobia
Definimos la angustia como un tipo de ansiedad muy intensa, con síntomas muy agudos. Cuando tenemos angustia sufrimos crisis llamadas Ataques de Pánico en las que sentimos miedo y malestar de una forma muy intensa.
Definimos la angustia como un tipo de ansiedad muy intensa, con síntomas muy agudos. Cuando tenemos angustia sufrimos crisis llamadas Ataques de Pánico en las que sentimos miedo y malestar de una forma muy intensa.
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A veces podemos llegar a creer que nos estamos volviendo locos, y que vamos a perder el control o incluso que podemos morir inminentemente.
Los síntomas de un ataque de pánico son muy intensos, confundiéndose en numerosas ocasiones con un ataque cardíaco:
Podemos afirmar que tenemos un Trastorno de Pánico cuando sufrimos uno o múltiples ataques de pánico y éstos aparecen de forma inesperada, repentinamente, sin saber por qué.
Vivir un ataque de pánico es una experiencia muy negativa siendo muy habitual que después de haber sufrido una o más crisis inesperadas, nos sintamos tan preocupados por si aparece un nuevo ataque que nuestra rutina diaria se vea seriamente comprometida.
Cuando sufrimos un ataques de pánico experimentamos un miedo intenso a morir, a volvernos locos, a perder el control de nosotros mismos o de nuestro alrededor. En esos momentos nos resulta imposible utilizar la lógica para reducir el malestar. Las crisis tienen un inicio brusco con incremento de la intensidad de los síntomas en los primeros minutos. La duración es breve (de 10 a 30 minutos) y rara vez llegan a una hora. El final es espontáneo.
Empiezan casi siempre inesperadamente, sin un desencadenante inmediato y pueden ser seguidas por un estado de cansancio o de ansiedad flotante que puede durar horas o días.
Todas las personas podemos sufrir alguna vez en la vida un episodio aislado de crisis de pánico y en tal caso no debemos preocuparnos. Sin embargo, si éstos se repiten es cuando podemos hablar de un Trastorno de Pánico.