Dificultad para controlar los impulsos

No cabe duda de que existen ciertos grados de impulsividad en nuestra conducta diaria que son normales e incluso deseables en contraposición a la falta de espontaneidad. Sin embargo entendemos que la impulsividad se convierte en un problema cuando se convierte en una tendencia a realizar cierto tipo de acciones demasiado rápidamente o de forma irracional y esta tendencia supone una dificultad para inhibir esas acciones una vez han comenzado.

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No es lo mismo impulsividad que compulsividad, aunque son conceptos que pueden confundirse.

La diferencia entre ambas está basada en lo que motiva la conducta:

➢ Los comportamientos impulsivos están motivados por una búsqueda de un placer o para aliviar una tensión
➢ Los comportamientos compulsivos están motivados por la reducción de un malestar o de angustia.

En realidad a veces es difícil diferenciar entre lo que puede ser alivio de una tensión y alivio de la ansiedad por lo que la diferencia entre ambos comportamientos puede estar en ocasiones poco clara.

Trastornos del Control de los Impulsos

Trastorno Explosivo intermitente

El Trastorno Explosivo Intermitente se caracteriza por episodios aislados de pérdida de control de los impulsos con una agresividad desproporcionada a la
causa que actúa como detonante. Entre los diferentes episodios suele haber normalidad.

La crisis de agresividad puede aparecer en cuestión de minutos y desaparecer luego rápidamente. Tras este episodio de descontrol suele aparecer el sentimiento de culpa y de vergüenza.

Características del trastorno explosivo intermitente

Entendemos que una persona tiene un trastorno explosivo intermitente cuando:

➢ Sufre o ha sufrido varios episodios de dificultad de control de la agresividad que acaban teniendo consecuencias negativas, de carácter violento.
➢ La respuesta agresiva es desproporcionada al hecho que la motivó.
➢ La crisis de agresividad aparece en unos minutos y luego remite rápida y espontáneamente.
➢ Entre los episodios explosivos suele haber una conducta normal, aunque los incidentes violentos hacen que quienes sufren este problema tengan con frecuencia problemas conyugales y/o laborales relacionados con la violencia y conflictos con la ley.
➢ Al episodio de agresividad le sigue una sensación de arrepentimiento y culpa.
➢ Es más frecuente entre hombres que entre mujeres.

El diagnóstico del trastorno explosivo intermitente debe hacerse tras un cuidadoso estudio de la historia personal de quien lo padece, retrotrayéndose a la infancia e identificando los episodios de pérdida de control asociados a explosiones de agresividad.

Ante la duda, es importante descartar que nos encontremos ante otros conflictos que ocasionalmente pueden tener también reacciones violentas, por lo que es importante acudir a profesionales especializados en el diagnóstico y tratamiento de problemas del control de los impulsos.